El Camino que sigo no es más que el camino que mis propias huellas van marcando.

Mi nombre es Julieta Becerril Alatorre, mi nombre Dharma es Jikai; tengo 58 años, soy mexicana y mi encuentro con el Dharma ha estado marcado por la muerte y la enfermedad, a través del mismo Dharma todo este sufrimiento se va transformando en dicha a través del entendimiento de la vida y la muerte.

Crecí con muchas inseguridades y miedos, mi papá, era la persona mas cercana a mi, murió cuando yo tenía 10 años. Viví muy de cerca su muerte pues falleció en la madrugada en mi casa; y ahora, veo que fue un regalo de la vida haber estado cerca de él en su trascender.

Crecí en una familia católica y estudié en mi niñez y parte de mi adolescencia en una escuela de monjas; yo era feliz en ese lugar, cuando murió mi papá me gustaba ir a la capilla y solo observar en silencio a las monjas que rezaban y disfrutaba del silencio y el ambiente, pienso que fue la primera vez en la cual yo conocí un refugio seguro a mi sufrimiento, esa época de mi vida marco toda mi existencia.

Me casé a los 19 años y a los 25 años ya tenía dos hermosos hijos, ellos llenaron mi vida y mis sufrimientos y confusiones se desvanecieron, me enfoqué en cuerpo y alma a criarlos, cuidarlos y a poner todos mis recursos emocionales a formarlos como unos seres sensibles, honestos y sobre todo felices, siempre pensando que podría protegerlos del sufrimiento que yo había vivido en mi niñez.

Cuando tenía 42 años me detectaron un tumor cerebral (Shwanomma), el tumor ya estaba muy grande e inoperable, el shock e impacto que causo en mi fue muy grande, mis hijos tenían 16 y 19 años, lo único que podía pensar era en ellos, en que todo lo que yo había tratado de evitarles de sufrimiento ahora estaba delante de ellos.

Fui radiada con Gamma Knife durante muchas horas, no recuerdo realmente cuantas, lo que quedo grabado en mi mente y cuerpo es el sonido del aparato, la puerta de hierro que cerraban cada vez que me ponían otra sesión de radiación y el traumático casco de hierro que atornillaron en mi cráneo, todo fue en un día completo y no volví a tener otra sesión de radiación, fue muy traumático el tratamiento en aquella época.

Ese mismo día empezó mi transformación interna, ese mismo día mi interior quería encontrar la forma de dejar de sufrir tanto dolor físico y emocional. Como si yo lo estuviera llamando conocí la práctica meditativa, mi encuentro con esta práctica fue a través de la enfermedad, empecé haciendo meditación Vipassana, y como si la vida me hubiera estado dando herramientas para más sufrimiento llega un divorcio muy doloroso y con muchas secuelas emocionales y financieras; sin embargo,  mi búsqueda espiritual siguió y encontré un Grupo de Diksha (Bendición de Unidad), al poco tiempo de práctica hice un retiro en la Oneness University of India, campus Verona, Italia, fue una experiencia muy sanadora y purificadora para mi, ahí empecé a encontrar mi verdadero camino, a mi regreso empecé a formar grupos de meditación, siempre con el agradecimiento en mi mente y corazón a mis grandes maestras y maestros que en aquella época me ayudaron a salir de tanto sufrimiento.

En 2011, llegó a un evento de Casa Tibet en donde el Dalai Lama daría una plática, y a partir de ahí empecé a tomar cursos, meditaciones e iniciaciones, cada vez más enfocada en entender la vida y la muerte por medio de la Tanatología Budista; al mismo tiempo estudio Tanatología en México y en TCU Fort Worth, Texas.

Encuentro el camino compasivo y amoroso de Roshi Joan Halifax ayudando a las personas enfermas y acompañando a las personas con enfermedades en fase terminal. En esta etapa de mi vida siento que mi búsqueda llega a tierra firme. Tomo Jukai en 2018 con Roshi Joan Halifax, Abadesa de Upaya Zen Center, y gracias a su apoyo, mi práctica y aprendizaje sigue adelante. En ese mismo año Roshi Joan Halifax me pone en contacto con Sensei José Shinzan Palma, y con su ayuda y corazón bondadoso empezamos a formar una Sangha en México ese mismo año.  Cuando llega la pandemia podemos seguir meditando y teniendo las pláticas Dharmas con Sensei a través de Internet, además puedo asistir a los retiros virtuales en Upaya, lo que me lleva a tomar una de las decisiones más importantes de mi vida, seguir practicando y estudiando comprometiéndome a formalizar el camino del Bodhisatva con la guía y apoyo de  Sensei Shinzan Palma.

Julieta Jikai Becerril

Diciembre 2021.

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