La tradición del altar de muertos surge en la época prehispánica, honraban a los muertos con rituales, sacrificios y ofrendas en la época de cosecha. Con la llegada de los españoles y la Iglesia Católica cambio la forma de celebrarlos.
Las ofrendas son un ritual en donde nos conectamos con nuestros antepasados o ancestros ofreciendo el pan, la sal, frutos, agua y platillos que les agradaban. La cultura española agrego las flores, las veladoras y las fotografías de nuestros seres queridos que partieron; la cultura prehispánica ya tenia el copal, la comida y la flor de cempasúchil.
En realidad el ritual del “Altar de Muertos” es la unión de dos culturas, y cada ofrenda tiene un significado muy especial:
- El agua y la Sal. Representa la purificación de su alma.
- Las Veladoras. Es la luz que los guiará en su camino, también significa esperanza y fe.
- El copal o incienso. Se prende como una protección para que no entren malos espíritus y se limpie de energía negativa el lugar.
- El cempasúchil. El colorido de las flores dan alegría a las ánimas y el camino de los pétalos de la flor marca el camino que deben seguir las almas.
- El Pan. El pan de muerto surgió en la época de la conquista, cuando los españoles presenciaron los sacrificios humanos en estos rituales, transformaron la ofrenda en el pan de muerto representando a las doncellas que tenían que morir y así desaparecer este acto violento.
Los retratos, el papel picado, las figuras de calaveras y catrinas hacen que el altar sea más colorido. A través de este ritual “El Altar de Muertos” nos conectamos amorosamente con nuestros seres queridos que partieron.
“Viendo la palma de mi mano amorosamente, puedo ver que ahí están todos mis ancestros.”